Un ciclón hecho brisa
enmudece el rostro.
La tarde se vuelve extraña,
en esa hora,
que los pájaros se refugian en los árboles.
el hombre aparece y busca,
espera,
recuerda,
su pelo que olía a sauce
su sonrisa contagiosa.
El lugar parecía derrotado,
los ángeles habían desaparecido.
Su piel se llenó de lágrimas
y empezó a correr,
atropellando sus sentimientos.
enmudece el rostro.
La tarde se vuelve extraña,
en esa hora,
que los pájaros se refugian en los árboles.
el hombre aparece y busca,
espera,
recuerda,
su pelo que olía a sauce
su sonrisa contagiosa.
El lugar parecía derrotado,
los ángeles habían desaparecido.
Su piel se llenó de lágrimas
y empezó a correr,
atropellando sus sentimientos.
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