ANA FRANK
No hay sótano más oscuro
que este al que desciende el alma
para esconder con palabras
lo que debería decirse
MUERTE.
Nos persiguen y por eso
dejamos constancia
de sobrevida.
Es un homenaje al ghetto
encierro precoz
donde la niña aprende a canjear
veinticuatro horas en blanco
por un segundo de escritura.
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