El grillo
Sobre el pasto declinante
un grillo se arrastró hasta mi sombra
y se detuvo, perplejo,
ante una amenaza de disolución.
Después se aplastó, buscando,
su propia tumba
y sintió cómo el mundo se enfriaba.
Así fue el comienzo
de la verdad de un año que no amé.
Autor: Joaquín
Gianuzzi
-Pascal es una de mis viejas obsesiones. Otro de mis ídolos, ya con
posterioridad, es Kafka: una especie de dios infalible en el sentido del don
profético, a pesar de que él no crea en sí mismo.Para mí es el mayor escritor de
nuestra época: el sentimiento de extrañeza por hallarse en el mundo está
perfectamente encarnado en él; además, considero que los suyos son textos
poéticos. Podría citarte de memoria párrafos enteros de «El castillo», y en
especial el final de “El proceso” y muchos fragmentos de su diario, auténticos
poemas por múltiples motivos: por la intensidad de la expresión, la inventiva
metafórica y la multiplicidad de significados. Inclusive, Kafka se acerca a la
poesía moderna en la forma elíptica de describir una supuesta verdad. Y una
prueba de esta obsesión mía son los poemas “Kafka en el sanatorio” y “Kafka
detrás del escritorio”. Me asombra allí lo increíble de ese “moribundo muy
especial, hermoso como un condenado,/ quiza con pruebas desesperadas acerca de
lo secreto/ y desapareciendo, contra toda lógica, en un cuerpo pequeño“. Es
la trivialidad y la absurda displicencia de la muerte, de sus gestos
indiferenciados.
J. Gianuzzi
J. Gianuzzi
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