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miércoles

"EL ARTE DE MORIR" según OSHO

Yo enseño la muerte, pero eso no quiere decir que esté en contra de la vida. Lo que quiere decir es que la muerte es la puerta de acceso al conocimiento de la vida, y también el reconocimiento de la vida. No veo que la vida y la muerte sean opuestas entre sí. Puedo llamarlo “arte de morir” o puedo llamarlo “arte de vivir”: ambos términos significan la misma cosa. Depende de cómo lo miremos. Puedes preguntarme: “¿Por qué no lo llamas “arte de vivir”? El primer motivo es que nos hemos apegado a la vida en extremo. Y este apego se ha vuelto muy desequilibrado. También puedo llamarlo “arte de vivir”, pero no quiero llamarlo así porque estás demasiado apegado a la vida. Si te dijera: “Ven a aprender el arte de vivir”, vendrías corriendo porque querrías reforzar tu apego a la vida. Yo lo llamo “arte de morir” para que puedas recuperar tu equilibrio. Si aprendes a morir, entonces tendrás ante ti la vida y la muerte en condiciones de igualdad: se convertirán en tu pie izquierdo y en tu pie derecho. Entonces alcanzarás la vida definitiva. En su estado definitivo, la vida no contiene ni nacimiento ni muerte, pero tiene dos piernas, a las que nosotros llamamos nacimiento y muerte.
Naturalmente, si existiera una ciudad cuyos habitantes fueran unos suicidas, donde nadie quisiera vivir, yo no iría allí a hablar del arte de morir. Allí diría: “Aprende del arte de vivir”. Y así como te digo: “La meditación es la puerta de la vida”. Te diría:”Ven, aprende a vivir, pues mientras no hayas aprendido a vivir, no sabrás morir. Si quieres morir; deja que te enseñe a vivir, pues cuando hayas aprendido a vivir, habrás aprendido también a morir”. Sólo entonces acudirán a mí los habitantes de esa ciudad. Tu ciudad es exactamente al revés: eres habitante de una ciudad donde nadie quiere morir, donde todos quieren vivir, donde la gente quiere aferrarse a la vida con tanta fuerza que la muerte no les llegue nunca.
-OSHO-

1 comentario:

La abuela frescotona dijo...

quizás sea por que lo poco o mucho que conocemos de la vida, nos da la seguridad de estar vivos, aun en el dolor...
como tu dices, nada conocemos de morir, solo nos llega de ella esa oscura quietud del ataúd. a mi edad, sería muy bello encontrar la forma de despedirse de una buena vida, por otra mejor, según dicen...